Historia de la apicultura en la Sierra

Desgraciadamente, no podemos aportar sobre este tema, que yo sepa, ningún dato o detalle que pueda asemejarse, en cuanto a antigüedad y categoría, a la pintura de la Cueva de la Araña (Bicorp, Valencia).

Si tenemos el aporte del nombre que recibe la Villa y que bien tomado como Colmenar del Viejo o Colmenar Viejo, significan una proximidad o dependencia muy señalada con una reunión de colmenas.

Sí tenemos una serie de colmenares, que se aproxima al centenar y con unas antigüedades que en algún caso rebasan o duplican el centenar de años, que se construyeron para la práctica de la apicultura.

Se trata de cerramientos de terreno cercados por pared de piedra con una superficie que puede oscilar entre los 400 y los 900 metros cuadrados, algunos de ellos dotados de una casilla o chozo que sirviera de resguardo y guarda de material.

Todos suelen estar orientados al mediodía y provistos de losas de granito para asentar las colmenas.

Los productos de las colmenas en general se destinaban a consumo familiar, en cuanto a la miel y el arrope que se hacía usando el agua que se utilizaba para la limpieza los panales que habían tenido la miel. La cera, generalmente, se vendía.

La colmena utilizada durante muchos años por esta zona fue la llamada “corchera” o “corcho”, aunque tal material no formara parte de su estructura, sino lo que eran cuatro tablas de unos 70×30 cm. de superficie, y de 23 mm de grueso, formando un prisma de base cuadrangular con dos listones que se cruzaban en su interior con tapa de madera adecuada. Cada colmena en el colmenar se instalaba sobre una losa de granito de unos de superficie sin otro fondo.

Para inspeccionar cada colmena o actuar en su interior, se podía retirar la tapa o inclinándola hasta ponerla horizontal y poder someramente ver a las abejas y la obra que ellas habían realizado.

Quitando la tapa, se podían ver los panales con miel y extraer para cosecha los que se considerara prudente, sin dejar a la colmena sin miel, mediante un utensilio llamado el “castrador” que consistía en una especie de espátula curva. Se podían cortar y retirar los panales con miel que se estimara conveniente.

Para el transporte de la miel, se utilizaban pellejos semejantes a los del vino.

Para aumentar circunstancialmente la capacidad de las colmenas que lo precisaran, se utilizaba un elemento llamado “compuesto”, que era un receptáculo de madera con un crucero de dos listones, de la misma medida de base que la colmena y de unos 25 cm de alto.

En el Catastro del Marqués de la Ensenada, año 1749, consta el dato de la existencia de 1800 colmenas en el término de Colmenar Viejo, pertenecientes a 32 propietarios.

Un colmenar con un número de colmenas no demasiado grande era un complemento muy habitual para la vida de una familia. En varias viviendas existían unos depósitos para la miel de una capacidad de hasta unos doscientos kilos, construidos con material de albañilería, denominados “meleros” o “mieleros”.

Todo esto que queda reseñado habría tenido un diverso desarrollo en las diferentes épocas, pero la forma recogida intenta referirse a épocas precedentes al siglo XX y comienzos de este y se puede calificar como época de la colmena “fijista”. Esto significa que en la colmena, los panales estaban sujetos por las abejas al construirlos a las paredes de la misma y al crucero que en cada una existía. No era posible retirarlo sin destruirlos.

En el año 1851, Langstroth descubre el cuadro móvil que significa que las abejas ya no tendrán que adherir los panales a las paredes de la colmena, sino que los construirá dentro del cuadro, que se podrá sacar de la colmena cuantas veces sea necesario y volver a colocar en su sitio sin menoscabo alguno.

Ello significa muchas mejoras y facilidades para manejar colmenas de abejas, que recaba una nueva calificación y reabre el nombre de “movilista” para la apicultura.

Sin datos de cuándo se comenzó por esta zona a practicar la apicultura movilista puede calcularse que ello tuvo lugar hacia finales del siglo XIX o principios del XX.

Hacia 1930, simultaneando con muchos colmenares de colmenas fijistas, existían ya colmenas muy completas de movilistas. Por los años de la década de 1940 se estableció en Colmenar Viejo una asociación que, bajo el nombre de Industrias Floresta, se dedicaba al cuidado de colmenas y explotación de sus productos. Manejaba un número alto de colmenas y dedicaba todas o la mayoría de ellas a la trashumancia.

Puso en marcha un sistema de explotación consistente en recibir de aportantes distintos a la asociación la cantidad que se tomaba como valor de una colmena (1000 pesetas) y la asociación se comprometía a dar al aportante 10 kg de miel cada año como producto de la aportación. Dicha asociación tubo su sede en el edificio de un antiguo lavadero de lana en Colmenar.

En la década de 1940, se trajo al término de Colmenar Viejo bastantes colmenas procedentes de Galicia y otras regiones para trasegar a la explotación ya por el sistema movilista.

Documento escrito por Jaime Hernández Mansilla.
Ilustraciones por David Marín Perona.

LOS COLMENARES DE COLMENAR VIEJO

El Mito de Colmenar

Según dicen, a nuestro pueblo le viene el nombre de Colmenar Viejo, porque entre los siglos XII y XIII se asentaron en esta zona 11 colmenas (de ahí que nuestro escudo tenga alrededor 11 colmenas) que pertenecían a un viejo posadero que tenía su casa y un colmenar cerca del cruce de caminos que unía Alcalá con Segovia, zona que se fue poblando poco a poco, cerca del colmenar, y que se terminó llamando el Colmenar del Viejo. Hoy en día Colmenar Viejo.

LA APICULTURA EN COLMENAR VIEJO

Con respecto a los colmenares y su actividad, se sabe que los hombres primitivos debieron conocer la miel a través de los animales que la comían, como, por ejemplo, los osos y los roedores… Para poder recolectar la miel para su consumo, construyeron colmenas, al principio de corcho o de cuerda, en una sola pieza. Hoy en día de varias piezas para su mejor aprovechamiento y manejo.

Repartidos, por todo el término Municipal de Colmenar Viejo, se encuentran asentados más de 70 colmenares (espacios que albergan colmenas), de los cuales más de la mitad, en mayor o menor medida, están hoy en día activos.

Con respecto a los colmenares y su actividad, se sabe que los hombres primitivos debieron conocer la miel a través de los animales que la comían, como, por ejemplo, los osos y los roedores… Para poder recolectar la miel para su consumo, construyeron colmenas, al principio de corcho o de cuerda, en una sola pieza. Hoy en día de varias piezas para su mejor aprovechamiento y manejo.

Repartidos, por todo el término Municipal de Colmenar Viejo, se encuentran asentados más de 70 colmenares (espacios que albergan colmenas), de los cuales más de la mitad, en mayor o menor medida, están hoy en día activos.

En principio el tipo de colmena utilizada era “la corchera de madera” (entendido que aquí la corchera la llamamos a 4 tablas en vertical que simulaban un tronco y tapado con una tapa denominada témpano de madera, y cubiertas por un trozo de tinaja de barro de vino),  pero actualmente la colmena dominante es la langstroth o perfección para la apicultura fijista.

MORFOLOGÍA DE LOS COLMENARES

Los colmenares, normalmente, se asientan el laderas con orientación al Sur o al mediodía del Sol, de esta manera se favorece el vuelo de las abejas en la salida de la colmena y se aprovecha la mayor luz del día. En el interior de los colmenares, las colmenas se situaban en la parte más alta, sobre losas de piedra de granito.

El resto del recinto no tiene colmenas está sin colmenas y suele haber algunos árboles, muy comunes los almendros, que por su temprana floración estimulan a las abejas antes de la primavera. Había una zona dedicada al barrero, de donde se casaba barro para pegar las colmenas a las losas de piedra y tapar los agujeros de las colmenas.

En la mayoría de los colmenares se puede localizar una la casilla para los aperos, de dimensiones variables de unos 2×3 metros y de una altura similar al de las tapias, están construidas con piedra de granito, techo de madera y tejas árabes, situada cerca de la puerta de entrada al colmenar y opuesta a las colmenas. Con chimenea para preparar el humo, con el que se trabaja en las colmenas. La entrada está formada por dos jambas y un dintel y una puerta de madera que, para facilitar su giro, gira con un gozne sobre un agujero en el dintel y sobre un clavo-espiguilla en el suelo

TIPOS DE COLMENARES EN COLMENAR VIEO:

En el estudio de los Colmenares de Colmenar Viejo (Rafael Francisco), se tienen localizados  un total de 156 colmenares: 77 con cerramiento de piedra de granito, en diferente estado;  34 sin cerramiento (con alambrada) y se sabe que hay 45 más, sin localizar o por revisar.

  1. TRADICIONALES CON CERRAMIENTO DE PIEDRA DE GRANITO, En uso con y sin colmenas, con y sin casilla, son los colmenares tradicionales, asentados en el término de Colmenar Viejo, están generalmente construidos con un cerramiento de muros de sillería de piedra de granito de unos 2 metros de altura, que la obtenían de las cercanías de su asentamiento. Su construcción, normalmente, es de forma rectangular aunque hay algunos de otras formas, al aprovechar el relieve del terreno.

Deteriorados por el tiempo/historia; son restos de colmenares de paredes de piedra, todavía visibles algunos muros  y resto de piedra, muy interesantes para su estudio arqueológico.- El estado de ellos es muy variado (desde paredes, o unos restos que demarcan su presencia original).

2. ASENTAMIENTOS DE CERRAMIENTO DE ALAMBRE, ubicadas en grandes fincas, y separadas de la misma por cercos, bien con estacas metálicas y alambres de pinchos y otras estructuras metálicas con la finalidad de proteger de los animales (con el roce de cualquier animal tumbaría la colmena con la consecuencia que de ellos deriva), y evitar el sufrimiento del animal de las picaduras de las abejas.

2. ASENTAMIENTOS TRASHUMANTES, son grupos de colmenas que se disponen en líneas para su fácil instalación y manejo. Suelen permanecer cortos periodos de tiempo que coinciden con la floración del terreno y época del año.